Esta mañana escuché en la radio que el paro bajó este mes en 46.000 personas y me dije a mí misma: «he de mirar lo qué ocurre por sexos«. Bien, pues ocurre que de las 46.050 personas desempleadas menos de este mes de abril, 39.338 son hombres y solo 6.602 son mujeres.
¿Es fiel reflejo de la realidad el dato de «personas» ofrecido? ¿No deberían preguntarse lo mismo que yo me he preguntado el Gobierno, los partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación…? ¿No merece una explicación? ¿Pueden hacerse políticas de empleo obviando la enorme desigualdad que reflejan estos datos? ¿Qué ocurrirá si se ponen en marcha políticas de empleo en apariencia neutras ante una realidad tan desigual? ¿Qué pasará si el próximo plan de empleo de la administración que sea vuelve a incidir, por ejemplo, en el sector de la construcción ? ¿No hemos aprendido nada?
Este caso nos sirve para ver lo que está ocurriendo con la crisis, el mercado de trabajo y las mujeres, pero además es un magnífico ejemplo para explicar lo qué es la perspectiva de género y su importancia, para entender de qué hablamos cuando hablamos de incorporar el principio de igualdad al análisis de la realidad y a las políticas públicas, para explicar que hablamos, sobre todo, de mirar mejor la realidad.
María Fernández Campomanes 
Pingback: Indicadores de desempleo: entre lo absoluto y lo relativo | Indica con Género
Hola María, muy buenas tus observaciones… las políticas de empleo, ninguna política, puede obviar la estructura de género y el diferente lugar que ocupamos mujeres y hombres. ¡Es necesario que lo insistamos!
He enlazado tu post en mi última entrada, puedes verla aquí: http://anafernandezdevega.wordpress.com/2013/05/07/indicadores-de-desempleo-entre-lo-absoluto-y-lo-relativo/
Un abrazo